jueves, 1 de noviembre de 2012

A rienda suelta


En el pueblo de Nubelejos del Mar hay una gran afición a las carreras de caballos y sus  
habitantes saben todo sobre su deporte favorito. Rey Tiniebla es el mejor potro sobre todo     
cuando lo monta Boy, el jinete más famoso de Nubelejos. También hay otra pareja de caballo
y jinete aunque no gana carreras, se trata de Alcornoque, un alazán algo vago y su jinete, un
chino llamado Samuelín. El mozo de cuadra que se ocupa de Alcornoque es Moncho, un
jovenzuelo enamorado de Pamela Cox, la hija del entrenador de Alcornoque. Y por último está
don Fructuoso, el alcalde de Nubelejos, que no tiene muchas ocasiones de ejercer su
autoridad en un pueblo como éste, donde los vecinos van a su aire.
Los nubelejanos tienen pocas preocupaciones políticas pero saben defenderse y lo
demostraron uniéndose para luchar contra un extraño comandante que, a bordo de una
siniestra mariposa voladora, aterrizó en Nubelejos obligando a los jóvenes a alistarse como
reclutas para su ejército de Fantasmas Azules y encarcelando al que se resistiera.
Los vecinos se unieron contra el invasor y utilizaron a Alcornoque, aquel alazán tan vago y a
su jinete Samuelín para perseguir al comandante y tirarlo finalmente por un acantilado: La paz
volvió al pueblo.


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